Espero que les gusten las historias

Habíamos planeado con muchos meses de anticipación esta sesión para unos amigos cercanos, por lo que habíamos elegido la Reserva Ecológica de Jocotoco, un sitio especial, (básicamente un pedazo de selva en la provincia de El Oro) con la intención de darles unas fotos especiales y luego llegar al río para ver si lográbamos otras allí.

Lo que no imaginamos es que justo ese día, a esa hora, en ese lugar (en el que durante 3 años no habíamos visto pasar un solo carro (porque se trata de un camino escondido) iba a pasar uno ????que nos obligaría a orillar los nuestros. Luego de 10 o 15 minutos de las primeras fotos, nos subimos al carro para avanzar y nos dimos cuenta que tanto el carro de nuestros amigos, como el nuestro, se habían quedado enterrados en medio del lodo.

Luego de varios intentos fallidos tratando de sacarlos con palos y rocas, nos dimos por vencidos. Con poca señal, llamamos para que nos rescataran, pero decidimos continuar las fotos hasta que llegara la ayuda. (Porque la esperanza es lo último que se pierde, nos dice la historia). Comenzamos la sesión porque la luz se nos iba, el humor de los niños podría cambiar en cualquier momento, el maquillaje de mamá se podría arruinar con el paso del tiempo y decidimos ponerle buena cara a las circunstancias.

Mientras sacábamos algunas tomas, mirábamos mi clienta y yo de re ojo a nuestros maridos intentando sacar (con poca paciencia y poca esperanza) los carros. A los pocos minutos de comenzar otra vez la sesión, llegó la neblina, todo se puso blanco y ahí estábamos nosotros, tratando de sonreírle a la vida, con la neblina en la mitad, los niños saltando como Pepa Pig, en medio de charcos de lodo, con trozos gigantescos de lodo que les saltaban desde los pies hasta el último cabello, tratando tomar una foto. De pronto, se empezó a escuchar el sonido de un animal de fondo que rugía cada vez más cerca. ???? auuuuuuu (eco, eco, eco).

Dane (la mamá de mi pequeño cliente) me miró y dijo: — Romi, ¿qué es eso que suena?, pero su mirada decía ¿This is the end?

— Tranquila, son solo monos aulladores, le respondí, mientras pensaba que sí, que definitivamente ese era el fin. Enseguida imaginé el titular del extra: “Fotógrafa y familia en medio del bosque, asesinadas por una bestia, mientras se tomaban fotos” ????.
Menos mal la ayuda llegó y, a pesar del lodo, la lluvia, la neblina, los sonidos del animal, los niños que se habían enterrado por completo hasta parecer sacados de un relato de sobreviví, logramos sacar esta hermosa sesión, casi como milagro, y la terminamos completamente a salvo de ser la comida de algún animalito que nos miraba desde lejos.

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